Limpio brillante amarillo pajizo pálido lagrima lenta.
Nariz sutil, elegante, cargada de flores blancas, mucha flor y algo de pera y ciruela blanca. Caja de puros muy sutil madera perfectamente integrada. Sus aromas no son estridentes, excesivos, son como el perfume que te marca y deja un grato recuerdo, sensación de bienestar y nunca satura.
En boca es untuosa, potente largo, muy largo y persistente, fresco... Es un vino de los que no te olvidas una vez catado. Un pura sangre, un blanco que según el propio enólogo, necesita decantación para abrirse y mostrar todo el potencial. Al dÃa siguiente lo volvà a catar, y el vino estaba aún mejor.
Son vinos de edición muy limitada, poco pero muy trabajado por uno de los enólogos que mas han hecho por los vinos de la rioja en los últimos 30 años.